Parecen imprescindibles cuando decidimos quitarnos esos michelines de la cintura, pero la verdad es que son bastante perjudiciales para las mujeres y nuestro suelo pélvico. Te descubrimos por qué.
Cuando hablamos de abdominales, la primera imagen que nos viene a la mente es la de una mujer tumbada boca arriba, con las piernas flexionadas y los pies apoyados sobre el suelo, elevando la cabeza y los hombros para aproximarlos a las piernas. ¿Quién no los ha hecho alguna vez? Sobre todo con vistas al verano. Sin embargo,los abdominales “tradicionales” están muy lejos de ser beneficiosos para la fisionomía femenina. Este movimiento implica una fuerte contracción de los músculos abdominales (principalmente los músculos superficiales del abdomen) y una flexión del tronco. Ambos mecanismos provocan un gran aumento de la presión dentro del abdomen y esa presión se dirige hacia nuestro suelo pélvico. Si éste se encuentra débil no soportará dicha presión y se debilitará todavía más, aumentando los riesgos de incontinencia urinaria y/o prolapsos.
Por otro lado, durante estos ejercicios los músculos que más van a trabajar son los superficiales del abdomen (oblicuos externos y rectos abdominales). Sobreentrenar dichos músculos puede provocar un desequilibrio entre el plano abdominal superficial y el profundo, y este desequilibrio puede provocar problemas de estabilidad de la columna y de suelo pélvico. Es decir, que practicar abdominales tradicionales de forma repetida puede provocar dolor de espalda y/o incontinencia urinaria y/o prolapsos.
Pero, ¿por qué las mujeres realizan este tipo de abdominales? En la mayoría de los casos la razón es puramente estética, para lograr reducir la grasa que se acumula en la zona del vientre y conseguir un abdomen “de tableta de chocolate”. Sin embargo, hoy en día se conocen ejercicios abdominales que no van a provocar los efectos perjudiciales de estos ejercicios abdominales tradicionales y que van a conseguir mayores beneficios, no sólo estéticos sino también en la salud de nuestra columna y de nuestro suelo pélvico. ¿Cuáles son? Los abdominales que trabajan a la vez los planos superficiales abdominales y los profundos.
Fuente: Dra. Carolina Walker
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