“Naturíssimo”, “AllNatural”, “BienStar”… son algunos de los términos empleados por la industria alimentaria para inducir a los consumidores a comprar sus productos, como podrá comprobar una vez más tras leer este post, el sistema de regulación de la publicidad en nuestro país deja mucho que desear. En este caso, son términos utilizados para la venta de pechuga de pavo cocida. La pechuga de pavo cocida, el jamón york, la pechuga de pollo cocida, etc., aparecieron en el mercado como una alternativa “saludable” a los embutidos (chorizo, salchichón, etc.), por su menor contenido en grasa básicamente. Son muchos los “profesionales” de la salud, mal informados en muchos casos, y en otros casos porque han sucumbido a la todo poderosa Industria Alimentaria, los que recomiendan su consumo en diferentes etapas fisiológicas, en dietas de control de peso, para deportistas, etc.
De tal modo que es un producto consumido por un amplio sector de la población, incluso he tenido la oportunidad de comprobar en consulta, que hay madres que le trocean pechuga de pavo cocida a sus hijos en la papilla en los primeros años de vida. Otro sector “afectado” por el consumo de este producto, es el mal llamado, en algunas ocasiones, sector del bienestar. Me refiero a los amantes del fitness, wellness,… Entre los que se encuentran los que quieren bajar de peso, perder grasa, ganar masa muscular…, y esos que con tal de “secarse” (en el argot “cultureta” se refiere a estar definido, marcado, ripeado, etc.) no dudan en exprimir sus vidas.
De tal modo que es un producto consumido por un amplio sector de la población, incluso he tenido la oportunidad de comprobar en consulta, que hay madres que le trocean pechuga de pavo cocida a sus hijos en la papilla en los primeros años de vida. Otro sector “afectado” por el consumo de este producto, es el mal llamado, en algunas ocasiones, sector del bienestar. Me refiero a los amantes del fitness, wellness,… Entre los que se encuentran los que quieren bajar de peso, perder grasa, ganar masa muscular…, y esos que con tal de “secarse” (en el argot “cultureta” se refiere a estar definido, marcado, ripeado, etc.) no dudan en exprimir sus vidas.
Lejos de lo que la industria alimentaria trata de inculcarnos, la pechuga de pavo cocida no es buena para la salud de nadie. No encuentro ni una sóla razón por la cual asesorar a alguien el consumir pechuga de pavo cocida. Y no es porque se me atonje o no me guste su sabor, aunque sea cierto,.. simplemente es porque no se trata de un producto sano como nos han hecho creer. La Industria, muy avispada como siempre, es consciente de que un sector profesional del ámbito de la salud lleva tiempo divulgando los perjuicios del consumos de este y otros muchos alimentos. Es por ello que no cesan en la modificación de sus productos, con tal de “mejorarlos”. De tal forma que existen en el mercado infinidad de pechuga de pavo cocida con diferente contenido nutricional. En pro de esa mejora, algunos fabricantes han eliminado la sal, algunos aditivos, el gluten, etc. Pero como veremos a continuación, con esto no basta.
¿Cuáles son algunos de los componentes de la pechuga de pavo cocida que suponen un riesgo para la salud de los consumidores?; para no extenderme demasiado me centraré sólo en algunos:
- Glutamato monosódico (E-621):
En un estudio publicado en Journal of Autoinmunity en 2008, los autores concluían que el glutamato monosódico induce a la obesidad y la diabetes con esteatosis y esteatohepatitis con lesiones pre-neoplásicas. Estos resultados adquieren una importancia considerable a la luz del uso generalizado en la dieta del glutamato monosódico. Los investigadores terminaban recomendando que se re-examinara el nivel de seguridad del glutamato monosódico y se procediera a su retirara de la cadena alimentaria. Como podrá imaginar no se trata de la única publicación científica al respecto.
En un estudio publicado en Journal of Autoinmunity en 2008, los autores concluían que el glutamato monosódico induce a la obesidad y la diabetes con esteatosis y esteatohepatitis con lesiones pre-neoplásicas. Estos resultados adquieren una importancia considerable a la luz del uso generalizado en la dieta del glutamato monosódico. Los investigadores terminaban recomendando que se re-examinara el nivel de seguridad del glutamato monosódico y se procediera a su retirara de la cadena alimentaria. Como podrá imaginar no se trata de la única publicación científica al respecto.
- Carragenato (E-407):
Un reciente estudio publicado en Biochimie en 2012, revela que la exposición de líneas de células del epitelio intestinal humano y de células epiteliales de mama humana al carragenato, puede provocar cambios en la estructura y en la función de las células. Otros estudios lo relacionan con ulceraciones de la mucosa cólica, rreducción de la absorción de calcio, potasio, etc., innmunodepresión…
Un reciente estudio publicado en Biochimie en 2012, revela que la exposición de líneas de células del epitelio intestinal humano y de células epiteliales de mama humana al carragenato, puede provocar cambios en la estructura y en la función de las células. Otros estudios lo relacionan con ulceraciones de la mucosa cólica, rreducción de la absorción de calcio, potasio, etc., innmunodepresión…
- Nitrito / nitrato potásico (E-250; E-252…):
En un reciente estudio publicado en la revista Nutrition & Cancer en 2012, los autores afirman haber encontrado un 40% más de riesgo de paceder Linfoma no Hodgking debido al consumo de nitratos y nitritos a través de la dieta. Otros efectos secundarios que se le atribuyen son: hipertensor, inductor histamínico, tóxico (especialmente para bebés debido a la formación de metemoglobina que puede provocar asfixia), procancerígeno (debido a la formación de nitrosaminas), antinutriente (reduce la absorción de vitamina A, tiamina, riboflabina, etc.).
En un reciente estudio publicado en la revista Nutrition & Cancer en 2012, los autores afirman haber encontrado un 40% más de riesgo de paceder Linfoma no Hodgking debido al consumo de nitratos y nitritos a través de la dieta. Otros efectos secundarios que se le atribuyen son: hipertensor, inductor histamínico, tóxico (especialmente para bebés debido a la formación de metemoglobina que puede provocar asfixia), procancerígeno (debido a la formación de nitrosaminas), antinutriente (reduce la absorción de vitamina A, tiamina, riboflabina, etc.).
- Proteína de soja:
Tal y como afirmó Jorge de Saja, secretario general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), el 99% del pienso animal fabricado en España es etiquetado como transgénico. La razón es que los compuestos para animales incorporan hasta un 20% de soja como fuente de proteínas y precisamente casi toda la soja es importada y transgénica. De tal forma que si bien la proteína de soja que añaden al producto pudiese no ser transgénica (cosa de la que no estoy muy seguro), es muy muy probable que el pavo haya comido pienso transgénico. Para conocer cuáles son los riesgos para la salud humana deribados del consumo de OMG (Organismos Modificados Genéticamente) sólo tiene que buscar en Medline, eso sí, tendrá que dedicarle tiempo y realizar las búsquedas correctas para encontrar estudios independientes que hayan escapado a la censura de la TODOPODEROSA Monsanto.
Tal y como afirmó Jorge de Saja, secretario general de la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales (Cesfac), el 99% del pienso animal fabricado en España es etiquetado como transgénico. La razón es que los compuestos para animales incorporan hasta un 20% de soja como fuente de proteínas y precisamente casi toda la soja es importada y transgénica. De tal forma que si bien la proteína de soja que añaden al producto pudiese no ser transgénica (cosa de la que no estoy muy seguro), es muy muy probable que el pavo haya comido pienso transgénico. Para conocer cuáles son los riesgos para la salud humana deribados del consumo de OMG (Organismos Modificados Genéticamente) sólo tiene que buscar en Medline, eso sí, tendrá que dedicarle tiempo y realizar las búsquedas correctas para encontrar estudios independientes que hayan escapado a la censura de la TODOPODEROSA Monsanto.
- Azúcar:
La ciencia ha evidenciado en numerosas ocasiones la estrecha relación que existe entre el consumo regular de azúcar y patologías como el cáncer, la depresión, la enfermedad de Crohn, etc. Investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California y de McGill (Canadá) demostraron en relación al cáncer de próstata que el riesgo de padecer este era nueve veces mayor entre los hombres que presentaban los niveles más altos de IGF (Factor de Crecimiento Insulínico) (Chan, J.M.; Stampfer, M.J.; Giovannucci, E. et al., 1998); (Chan, J.M.; Stampfer, M.J.; Ma, J. et al., 2002).
Otros estudios han puesto de manifiesto que los altos índices glucémicos están estrechamente relacionados con el cáncer de páncreas, de colon y de ovarios (Franceschi, S.; dal Maso, L.; Augustin, L. et al., 2001); (Michaud, D.S.; Liu, S.; Giovannucci, E.; Willet, W.C.; Colditz, G.A.; Fuchs, C.S., 2002); (Augustin, L.S.A.; Polesel, J.; Bosetti, C. et al., 2003); (Michaud, D.S.; Liu, S.; Giovannucci, E.; Willet, W.C.; Colditz, G.A.; Fuchs, C.S., 2005).
La ciencia ha evidenciado en numerosas ocasiones la estrecha relación que existe entre el consumo regular de azúcar y patologías como el cáncer, la depresión, la enfermedad de Crohn, etc. Investigadores de la Universidad de Harvard y de la Universidad de California y de McGill (Canadá) demostraron en relación al cáncer de próstata que el riesgo de padecer este era nueve veces mayor entre los hombres que presentaban los niveles más altos de IGF (Factor de Crecimiento Insulínico) (Chan, J.M.; Stampfer, M.J.; Giovannucci, E. et al., 1998); (Chan, J.M.; Stampfer, M.J.; Ma, J. et al., 2002).
Otros estudios han puesto de manifiesto que los altos índices glucémicos están estrechamente relacionados con el cáncer de páncreas, de colon y de ovarios (Franceschi, S.; dal Maso, L.; Augustin, L. et al., 2001); (Michaud, D.S.; Liu, S.; Giovannucci, E.; Willet, W.C.; Colditz, G.A.; Fuchs, C.S., 2002); (Augustin, L.S.A.; Polesel, J.; Bosetti, C. et al., 2003); (Michaud, D.S.; Liu, S.; Giovannucci, E.; Willet, W.C.; Colditz, G.A.; Fuchs, C.S., 2005).
Pero claro, podría pensarse, que si la Industria trata constantemente de “mejorar” el producto, si compro pechuga de pavo cocida sin sal, gluten, proteína de soja, fosfatos, E-621, si fuese de procedencia ecológica, etc., estaré consumiendo un producto sano, ¿verdad?
Pues NO!
No podemos dejar a un lado aspectos fundamentales como: ¿qué comió ese pavo durante su cría?, ¿con qué fármacos fue tratado?, ¿vivió en libertad o acinado y estresado?, etc., estos son sólo algunos aspectos que sin duda alguna tendrán repercusión en la salud del consumidor.
Autor: Jose Ávila
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