Sigue siendo el régimen de moda en España. El nutricionista francés Pierre Dukan ha conseguido 12 millones de lectores de su libro-guía para seguir la dieta. Pero ya ha pasado el tiempo necesario, especialmente en Francia, donde comenzó a popularizarse hace una década, para evaluar su eficacia: el efecto rebote -la recuperación de los kilos perdidos- y la posible relación del método con alteraciones renales y otros desajustes sanitarios ensombrecen la dieta milagro por excelencia: fuera kilos en cuestión de días y comer hasta hartarse (entre 70 alimentos). Así lo han recordado de nuevo las autoridades sanitarias francesas y avalado recientes sondeos.
Buena parte de los seguidores de Dukan han formado una comunidad compacta que en las webs se hacen llamar "los dukanianos" y defienden a machamartillo las virtudes del método. Pero dos encuestas de las revistas digitales Santé-médecine y Journal de Femme, entre 5.000 personas sometidas a adelgazamiento con la dieta Dukan, revelan que el 80% recupera su peso inicial al cabo de cuatro años; el 35% lo hace en los primeros meses; el 48%, antes de un año, y el 64%, antes de los dos. Los del tercer año suman el 70%. Los datos de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación francesa (Anses) son más demoledores: el porcentaje de la recuperación del peso sí es del 80%, pero ocurre durante los primeros 12 meses de la dieta.
Ante estas cifras y las cautelas sanitarias de la Administración francesa, Dukan contraataca lanzando una gran consulta a escala europea para el seguimiento de sus pacientes. El nutricionista ha enviado una carta a centenares de generalistas franceses en la que les pide que informen sobre el seguimiento de adictos a su método. Antes de fin de año hará lo mismo con los médicos españoles. La consulta se ampliará a Reino Unido, Italia y EE UU.
"La razón del efecto rebote es simple: nuestro organismo se resiste mucho a la pérdida de peso, estamos programados más bien para almacenar", explica Irène Margaritis, nutricionista de Anses. Al iniciar un régimen, "el primer reflejo del metabolismo va a ser ponerse en modo economía, y eso hace que a largo plazo para la misma cantidad de comida vamos a quemar menos", añade.
"Nosotros barajamos cifras muy diferentes", replica Pierre Dukan. Otro estudio llevado a cabo a petición del nutricionista por el instituto de sondeos Ifop muestra que el 79% de los pacientes han logrado estabilizar su peso en menos de un año. "Incluso aceptando el 80% de pacientes que recuperan el peso anterior, lo consideraríamos ya un éxito", añade el nutricionista, "porque en las dietas hipocalóricas tradicionales el 95% de los pacientes recuperan el peso. Aunque solo lográramos ese 15% adicional ya estaríamos satisfechos".
En los casos en los que se retoma el peso inicial, los dukanianos alegan que la responsabilidad es del paciente, que no se ajusta bien a la fase final. El método se divide en cuatro fases: la primera "de ataque", de pocos días, es la más restrictiva. Sigue una segunda "de crucero", destinada a llegar al "peso justo", con la pérdida de un kilo por semana. Después viene "la consolidación", que corresponde a 10 días de dieta por kilo perdido. Finalmente, la "estabilización": es para toda la vida y consiste en un día por mes de solo proteínas, olvidarse del ascensor y caminar media hora diaria. Además del efecto rebote, el estudio de Anses advierte sobre los riesgos sanitarios asociados a este tipo de regímenes: disminución de la masa ósea, problemas hepáticos, insuficiencias renales e incluso depresión.
En el caso de la dieta Dukan apunta que aporta proteínas en una cantidad que triplica la recomendada y sin embargo el déficit de fibra es 10 veces mayor del adecuado. Incluso tomando el salvado de avena incluido en el régimen, la dieta sigue sin cumplir con los aportes recomendados, según Anses.
En España, los centros sanitarios consultados comentan que han encontrado dolencias relacionadas con el desequilibrio nutricional en pacientes seguidores de la dieta Dukan, como problemas renales, colesterol elevado, deshidratación, hinchazón de tobillos o cefaleas persistentes, pero consideran prematuro atribuir al régimen dichas dolencias. "Solo son sospechas. Falta tiempo para convertirlas en certezas o desechar la vinculación con el régimen", ha sido la respuesta habitual.
En los foros de control de peso de Internet, la inmensa mayoría de personas que abandonaron aseguran haberlo hecho por "fatiga persistente", en algunos casos incapacitante para llevar una vida normal. El segundo motivo de deserción es el deseo irrefrenable de tomar fruta y verdura, alimentos prohibidos temporalmente.
El Ministerio de Sanidad recuerda su desconfianza en las dietas milagro. La Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas difundió un duro informe la pasada primavera, en el que calificaba el método Dukan de "fraude".
El catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra y experto en obesidad Miguel Ángel Martínez-González no se sorprende ante la decepción que dietas como esta generan entre sus seguidores -"ya se veía venir"-, y alerta sobre los problemas sanitarios que pueden llegar con el iempo. Martínez-González es uno de los coordinadores de un estudio a escala nacional iniciado en 2003 para observar los efectos adelgazantes de la dieta que "reconocemos como propia y viene avalada por milenios de beneficios. la mediterránea".
Este especialista asegura que la clave del éxito de un régimen radica en que sea "nuestro y reconocible", es decir, que corresponda a los hábitos alimenticios del entorno y esté acorde con su cultura. En los ensayos con 7.000 pacientes que lleva a cabo con otros médicos y con el Instituto Carlos III han constatado que la dieta mediterránea no adulterada, es decir, la que se basa en las ensaladas, verduras, fruta, legumbres, pescado y poca carne, ha conseguido bajadas de peso estable, incluso enriquecida con un extra de aceite de oliva y frutos secos.
En la dieta mediterránea no caben ni hasta los tres chuletones para cenar permitidos por Dukan ni los sobres proteicos, la dieta de leche y plátanos, las barritas concentradas... "Todo eso nos es ajeno". Es como si nuestros genes reconocieran los sabores de la infancia y "siendo sabores tan ricos, pelearan hasta recuperarlos", bromea el especialista.
FUENTE: WWW.ELPAIS.COM
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