¿Qué ventajas se obtienen?
Básicamente, la idea de la que partimos al aplicar inestabilidad en nuestros ejercicios es la mayor solicitación que se produce en los músculos estabilizadores de nuestro cuerpo, la mayor parte de ellos situados en lo que hoy en día llamamos Core (núcleo). Estos grupos musculares, por la dinámica sedentaria de nuestra sociedad (muchos trabajos sentados y sin movimientos globales que impliquen necesidades coordinativas), suelen mostrar debilidad, siendo los encargados de mantener una postura saduble tanto en posición estática como dinámica. Probablemente de este hecho deriven la mayoría de los problemas de columna y cadera que presentan muchos clientes en la actualidad. La inactividad de esta musculatura provoca falta de tensión y coordinación de la musculatura más importante del cuerpo, ya que ésta es la encargada de trasmitir las tensiones y movimientos producidos por las extremidades de manera efectiva.
De aquí resulta la frase: “Sin estabilidad proximal no existe potencial distal”. Y viene a trasmitir esta idea: si tenemos el núcleo (proximal) débil y torpe (descoordinado) , las fuerzas internas de nuestro cuerpo se trasmiten mal, resultando un potencia en las extremidades (distal) reducida o poco efectiva.
Por lo tanto, esta capacidad coordinativa de la musculatura del Core será determinante no solo en el rendimiento de nuestros acciones motrices sino que evitará lesiones producidas por las compensaciones que realiza nuestro cuerpo intentando “salvar” las deficiencias de ciertos grupos musculares. Estas compensaciones a la larga son las que producen lesiones crónicas de difícil actuación.
¿Se puede aplicar la inestabilidad a todo el mundo?
Es importante, que una vez dicho esto, no nos volvamos locos a la hora de prescribir ejercicios en inestabilidad que provoquen una mayor demanda en la musculatura del Core. Como todo, requiere de un proceso de adaptación que deberá respetar las diferencias individuales entre nuestros deportistas. Habrá gente, que por sus características en pocas sesiones logre coordinar la musculatura del Core en muchos de sus gestos diarios y requiera de progresiones diferentes a personas que por la actividad practicada tengan unas deficiencias elevadas y el proceso sea más lento. Por eso será importante para los entrenadores conocer las técnicas y materiales que se suelen emplear para prescribir las progresiones adecuadas a cada caso. Como opción personal, yo no suelo avanzar en la progresión de la inestabilidad hasta que gestos más sencillos no son controlados perfectamente por el deportista. En los siguientes posts, para reforzar esta idea, incluiré algunas de las progresiones que suelo utilizar en mis sesiones para incluir progresivamente a mis deportistas en ejercicios inestables.
Otros Beneficios:
Poco a poco iremos descubriendo otros beneficios que nos aporta este tipo de trabajos. No obstante me gustaría señalar de manera somera la interesante aplicación de los ejercicios realizados en inestabilidad en los programas de pérdida de grasa. Este tipo de ejercicios implican generalmente una demanda de muchos más grupos musculares ya que muchos de estos necesitan hacer funciones estabilizadoras que antes no eran solicitadas en la misma medida. Esto implica directamente un mayor consumo metabólico derivado de esta mayor implicación muscular y resultando los ejercicios más exigentes e intensos que los realizados bajo condiciones estables. Esto probablemente implique a su vez una mayor demanda de oxígeno tras el ejercicio (EPOC elevado) para restablecer los niveles basales y recuperar el organismo, resultando esto como veremos en otros posts, vital para conseguir los objetivos previstos en programas de pérdida de grasa.
FUENTE: SER FUNCIONAL
0 comentarios:
Publicar un comentario